Tras el prolongado llanto de un cielo negro cargado de agua, aparecen los primeros atisbos del Sol que permiten observar al viajero el correr de largos y serpenteantes hilos de agua que se pierden en la frondosa vegetación de la Amazonía, una zona habitada por inquietos y bulliciosos animales silvestres, poco acostumbrados a la presencia humana.
Espacio natural lleno de color y embrujo. Lugar que invita a la exploración infinita. Joya bañada por lluvias torrenciales... Admirar, conocer y buscar a la sorprendente fauna que se escabulle en la fecunda vegetación en la que resplandecen preciadas flores como las orquídeas.
En esta extensión geográfica se encuentran animales como la capibara (Hydrochaeris hydrochaeris) -el roedor más grande del mundo-, la nutria (Lutra longicaudis), el jaguar (Panthera onca), el caimán negro (Melanosuchus Níger), el lobo de río (Pteronura brasiliensis), la maquisapa (Ateles paniscus chamek), la charapa (Podocnemis expansa), el tucán (Ramphastidae), el tapir (Tapirus terrestris).
También están el perezoso (Bradypus variegatus), el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el mono araña (Ateles paniscus), el yacaré (Caiman yacare), el puma (Puma concolor), el manatí (Trichechus manatus manatus), el cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletti), el loro de cabeza amarilla (Amazona oratrix), entre otros.
Esta colorida región cobija sorprendentes especies de flora y fauna, que el viajero podrá descubrir al internarse en las reservas, parques o zonas naturales de esta parte del continente americano.
Los "pequepeques" (canoas a motor) surcan el río más caudaloso y largo del mundo: el Amazonas. En sus riberas los hombres de las comunidades nativas atesoran mitos o leyendas, muchas veces contadas pero casi desconocidas. Sinfonía silvestre de día y de noche. Naturaleza, misterio y magia en la selva desconocida.
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